¿CUÁL ES LA INTERACCIÓN ENTRE
EL CEREBRO Y LOS SISTEMAS NERVIOSO, ENDOCRINO
E INMUNE EN EL DESARROLLO DEL ESTRÉS; Y CÓMO ACTÚAN ESTOS SISTEMAS EN EL
ESTRÉS?
Por: Kleyder Lavalle- Marcela Iglesias - Sara Serje.
III BD
De acuerdo con el artículo (El
estrés crónico y la terapia cognitiva centrada en Mindfulness: una nueva dimensión
de la psiconeuroinmunología escrito por Manolete S. Moscoso) por el concepto de
estrés todavía es ambiguo. En algunos
individuos se puede considerar como un estado de ansiedad, miedo, angustia,
desesperación, etc., que ocurre en respuesta a los diferentes estímulos que se
presentan en el ambiente. En contraste,
en otras personas el estrés es una especie de reto que los motiva para la
obtención de logros y metas en la vida.
Cuando un individuo se
enfrenta ante un agente “estresor”, según (Lazarus y Folkman), se produce una
autoevaluación cognitiva que determina la posible amenaza del estímulo y los
recursos o la capacidad para responder ante el mismo. Esta respuesta no es igual en todos los
casos. Se ha podido determinar que
existen diferentes elementos que influyen en esa respuesta, como son: el sexo,
factores ambientales, culturales, rasgos de la personalidad, etc.
Sin embargo, se ha podido
establecer que existen algunos elementos universales que actúan como
estresantes. Estos son: divorcio,
encarcelamiento, pérdida de seres queridos, exámenes académicos, enfermedades
crónicas, cuidado permanente de familiares con discapacidad física y
dificultades financieras.
Ante una situación de este
tipo, el organismo produce una respuesta fisiológica, la cual tiene como
propósito lograr una adaptación ante la nueva situación. Esto se conoce como adaptación homeostática,
es decir, el mismo cuerpo procura restablecer el equilibrio químico y
emocional.
Según Seyle, este proceso de
adaptación tiene tres etapas: la Reacción de Alarma (donde se libera adrenalina
y cortisol), la Resistencia (en la que el organismo alcanza un estado óptimo) y
el Agotamiento (cuando el organismo desiste y se produce la enfermedad o la
muerte). Quiere decir esto que, si las
situaciones de estrés se mantienen y se convierten en crónicas, el cuerpo llega
a un cuerpo en que se agota y cede llegándose a la enfermedad y un posible
desenlace fatal.
Se ha comprobado que el
hipotálamo, ante situaciones estresantes, libera la
hormona CRH, que a su vez estimula a la glándula pituitaria provocando la
liberación de la hormona ACTH, hormonas glucocorticoides y cortisol.
Asimismo, se generan adrenalina
y noradrenalina, lo que prepara al organismo brindándole mayor cantidad de
energía, oxígeno, estado de alerta, mayor fuerza muscular y resistencia al
dolor. Estos químicos inician un proceso
de interacción con el cerebro preparando al organismo para estar en estado de
alerta.
El cerebro es uno de los
órganos más importante que tenemos en nuestro cuerpo ya que este, interviene en
el actuar de muchos de los sistemas presentes en nuestro organismo en especial
los sistemas nervioso, endocrino e inmune, los cuales son los que en conjunto intervienen
en el estado de estrés.
A continuación se plantea un ejemplo que
respalda la idea anterior:
-“Se produce un temblor
fuerte, en horas de la noche, en una población pequeña donde debido al temblor
se produce un apagón eléctrico, y todos los habitantes corren, y gritan
producto de su desesperación. Juan al igual que todos los habitantes del lugar
se sintió pánico, y esto provoco en el sudoración en las en sus manos,
aceleración del ritmo cardiaco, dilatación de su pupila, deseos del ir al baño
entre otros síntomas.”-
Al momento que se produce el
estrés, debido al temblor el sistema nervioso, a través del cerebro capta la
información de su entorno por medio de los sentidos, esta información permite
que el hipotálamo estimule a la hormona corticotropina que permite que la
glándula hipófisis libere sus secreciones en la hormona adrenocorticotrópica que
produce el cortisol, que es una sustancia u hormona necesaria para la respuesta
del organismo al estrés, donde también se ve la intención con el sistema endocrino
que permite la segregación de hormonas como la adrenalina activadora del sistema
nervioso simpático, el cual provoca en Juan un estado de alerta, que se
evidencia en los diferentes síntomas que se expusieron anteriormente.
Las hormonas son sustancias
segregadas durante el estrés tienen la función de mantener el equilibrio homeostático y la
salud de las personas, facilitando la pronta adaptación. Sin embargo, la continua presencia de
factores estresantes puede provocar el desarrollo
de conductas negativas como son: tomar alcohol en exceso, fumar, alto consumo
de calorías, soledad, etc., que conducen a un desmejoramiento de la salud.
En este punto el cerebro
vuelve a ser protagonista puesto que de él depende el comportamiento del
individuo y la forma como se relaciona con el ambiente, factor éste último que,
según Craig Venter, tiene mayor peso en los individuos que los mismos genes.
Es decir, los factores
ambientales y los estilos de vida, tienen mayor incidencia en la salud humana
que la genética.
Dado que la experiencia del
estrés se inicia en el cerebro, se ven afectados todos los sistemas que
conforman el organismo. Así, el estrés
crónico impacta negativamente el sistema nervioso, activa cambios bioquímicos y
produce un desbalance hormonal que repercute directamente en los sistemas
endocrino e inmunológico.
Actualmente se reconoce que
esta repercusión es causante de enfermedades como: artritis reumatoidea,
inflamación crónica, fibromialgia, enfermedades cardiovasculares, hipertensión,
diabetes, obesidad, cáncer, depresión, asma y varias otras enfermedades
inmunosupresoras.
De acuerdo con lo anterior,
Taub establece que existe una relación multidireccional entre el lóbulo frontal
del cerebro, el sistema nervioso autónomo, el sistema endocrino y el sistema
inmune, que es determinante en el deterioro de la salud humana.
Y, de manera paradójica, estos
cuatro sistemas que son los que conservan el equilibrio homeostático cuando hay
estrés agudo, en el caso del estrés crónico son los que producen el desbalance
bioquímico y en consecuencia las enfermedades.
Esto se debe a la alteración prolongada de los niveles de adrenalina,
cortisol, insulina, endorfinas y otras sustancias que terminan produciendo el
desgaste de las funciones cerebrales, endocrinas e inmunológicas.
Para finalizar, se recomienda
por tanto, la práctica del Mindfulness ya que ayuda a reducir los síntomas de depresión y
temor y aumenta los niveles de energía del cuerpo, reduce las consecuencias del
estrés, ayuda a recuperar el equilibrio de los sistemas afectados tales como: (el
s. inmunológico, el s. nervioso y el s. endocrino).
A demás este facilita el aprendizaje de la
respuesta de relajamiento a través de la toma de conciencia de nuestro cuerpo,
nuestra mente y nuestro entorno por medio de la respiración.
BIBLIOGRAFIA.
Moscoso S. Manolete
Universidad de florida del sur
El estrés crónico y la terapia cognitiva centrada en Mindfulness: una
nueva dimensión de la psiconeuroinmunología 2010
ISSN 1560-6139